diciembre 11, 2015
¿Quién será el pato de la boda?
La campaña mostró a un Macri ávido por despegarse de eventuales políticas de ajuste. Con el debut de las paritarias hoy comenzará a develarse el perfil económico del nuevo gobierno. Sigue leyendo
Con el inicio de las paritarias docentes nacionales el flamante gobierno dejará entrever desde hoy su perfil económico.
A lo largo de la campaña Mauricio Macri fue bastante esquivo en la materia y hasta sancionó con el ostracismo a los que en nombre del espacio anunciaron la inexorabilidad de un ajuste.
El Presidente siguió jugando al misterio ayer, con un discurso inaugural generoso en buenas intenciones pero escaso en definiciones ligadas al bolsillo de la gente.
La fuerte presencia de ejecutivos provenientes de empresas privadas en el gabinete, y el currículum del propio mandatario, consolidaron la idea de que tarde o temprano las políticas neoliberales se apoderarán de la escena.
La militancia libremercadista asomó con aquella promesa de aniquilar el cepo cambiario apenas llegara al poder. Sin embargo, fue su ministro de Finanzas quien salió a contradecirlo. «Eso sucederá cuando estén dadas las condiciones», intentó llevar calma Alfonso Prat Gay frente al cúmulo de especulaciones sobre una estampida del dólar.
El presidente también había sido taxativo respecto a la eliminación del impuesto a las Ganancias pero la promesa le duró lo que la luz de un fósforo. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, raudamente descartó esa posibilidad y dijo que la controvertida ley no será materia de análisis hasta marzo del próximo año.
Finalmente Macri encontró una salida intermedia y coyuntural ante las presiones de los gremios. Exceptuó de Ganancias el aguinaldo de aquellos que cobran menos de 30 mil pesos brutos. Un guiño, pequeño pero guiño al fin, para calmar la aguas.
Con ese mismo espíritu, el mandatario negó a través del propio Triaca que haya un techo para las paritarias. Es decir, dio a entender que el gobierno no va a sugerir un porcentaje de referencia para los reclamos de los sindicalistas.
Sin embargo, casi en simultáneo comenzó a hablar de su ambición por lograr un «pacto social» tendiente a evitar un espiral inflacionario. Es lo que caratuló como el «arte del acuerdo» delante de la Asamblea Legislativa.
En criollo esto significa congeniar con el empresariado para que deje de remarcar precios pero sobre todo con la CGT para que acote sus pretensiones salariales.
¿Asomará esta solicitud hoy en la reunión con los cinco gremios docentes? ¿El macrismo les dirá que moderen sus reclamos frente a un proceso devaluatorio denunciado por el equipo económico? ¿Se negará a discutir los nuevos ingresos en base a los números alternativos de inflación, esos a los que echó mano siendo opositor?
En definitiva, a partir de esta jornada se comenzará a saber quién sufrirá el castigo por el «desequilibro de cuentas» con el que el flamante gobierno dice haberse encontrado.
Los trabajadores esperan no ser el pato de la boda.
- Texto: Diego Schurman (Infonews)
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