mayo 8, 2019
“No es bueno que los niños aprendan inglés antes que en su propia lengua”
Herbert Puchta, asegura que el aprendizaje temprano de un segundo idioma puede tener «muy buenos resultados», pero solo sí hay una base sólida en la lengua materna Sigue leyendo
¿Cómo debería ser la clase de inglés perfecta? “Una en la que el profesor no se limite a indicar a sus alumnos cuáles son sus errores, sino que les involucre de tal forma que ellos quieran hablar y sea el profesor quien escuche”. La respuesta la da Herbert Puchta, experto en cómo se puede aplicar la psicología cognitiva en la enseñanza de inglés, con más de dos décadas de experiencia como formador de docentes y autor de más de una decena de libros de texto de inglés.
Su explicación encuentra eco en los pasillos del centro de congresos de Liverpool, donde a principios de abril se celebró la conferencia anual de la Asociación Internacional de Profesores de Inglés como Lengua Extranjera (IATEFL, por sus siglas en inglés), de la que el propio Puchta, austriaco, fue presidente. Allí, en un megaevento con más de 500 charlas y al que EL PAÍS acudió invitado por Cambridge Assessment English, una misma pregunta se repitió una y otra vez entre los 3.000 participantes: si enseñamos inglés para que los alumnos aprendan a comunicarse, pero el único que habla en clase es el profesor, ¿qué podemos hacer?
Puchta, que ha formado a docentes en más de 50 países, traza una secuencia en tres pasos entre contenidos, motivación y aprendizaje. Explica que los alumnos, especialmente a edades tempranas y en la adolescencia, necesitan materiales de aprendizaje que llamen su atención para así conseguir que se involucren emocionalmente. “Se tienen que convertir en agentes de su propio aprendizaje. Eso se consigue si les tomamos en serio, les escuchamos y nos interesamos por lo que dicen y no solo por cómo lo dicen”.
Pregunta. ¿Cuáles son los principales obstáculos que afrontan los profesores de inglés en el aula?
Respuesta. Ser un profesor es una tarea enorme. En primer lugar, tienes que desarrollar tu propio dominio del idioma. Pero también la persona que eres. Porque para ser capaz de enseñar de una forma comunicativa, necesitas buenas habilidades comunicativas. Y no solo con el idioma, también habilidades sociales, de empatía… Los días en los que enseñar era simplemente un acto de transmitir conocimiento se han terminado. Ahora hablamos de enseñar como sinónimo de transformar. Eso requiere que los profesores sean aprendices ellos mismos. También hacen falta habilidades de liderazgo, es decir, crear una cultura de clase a la que los alumnos quieran pertenecer. Y saber gestionar el aula, sobre todo con los adolescentes. Tenemos que ser buenos gestores del tiempo, de la tecnología, de cómo evaluar el progreso de nuestros estudiantes, de cómo comunicarnos con las familias…
Ser profesor es una de las profesiones más gratificantes. Hay muchos docentes haciendo un trabajo increíble y no porque les paguen bien, sino porque quieren ayudar a los jóvenes a convertirse en ciudadanos responsables. Deberíamos apoyarles más. Los profesores necesitan apoyo y la sociedad tiene que dárselo.
- ¿Por qué la motivación es tan importante a la hora de aprender inglés en el caso de los niños y los adolescentes?
- La motivación no es un proceso en una sola dirección. Se trata de que el profesor encuentre las fórmulas adecuadas para que los alumnos se involucren emocionalmente. Y no hay trucos, no puedes decir: “Si haces estas diez cosas, tus alumnos estarán motivados”. Pero sí hay una serie de principios sobre los que se asienta el concepto de la motivación.
- ¿Cuáles son?
- Pensemos en el caso de los niños, ¿qué necesitamos para enseñarles inglés? Necesitamos profesores con un buen dominio del idioma, tiempo (porque el aprendizaje de una lengua es un proceso que requiere tiempo) y la metodología adecuada. Que el docente entienda de qué manera los niños aprenden mejor un idioma. Y esto se tiene que hacer de forma muy natural. Los alumnos deben poder hacer cosas con el inglés desde el primer momento. Es un aprendizaje holístico y multisensorial. No se trata de que yo, el profesor, introduzco el nuevo idioma en tu cabeza. De que salga de mi cabeza o de los libros para entrar en la tuya. Al contrario, es un proceso por el cual ellos empiezan, de una forma muy natural, a descodificar significados desde el primer momento. Y hay algo muy importante para su compromiso emocional: tendrán una sensación de éxito desde el principio. Sienten y saben que este nuevo idioma no es solo algo que tienen que recordar o memorizar, sino que pueden hacer cosas con él desde el primer momento.
- Pero cuando hablamosdel componente emocional en clase o incluso de divertirse en el aula, hay quien argumenta que no nos estamos tomando en serio el aprendizaje…
- Cuando hablo del compromiso emocional no quiero decir entretenimiento. Más bien al contrario. Tenemos que retar a los alumnos. Y necesitamos resultados, los niños tienen que ver que están progresando. Si por ejemplo un profesor lee un cuento a sus alumnos, no se trata solo de que lo disfruten o de aprender ciertas palabras nuevas. Tiene que ser un contenido con significado, que vaya más allá del idioma y ayude a los niños a encontrar un sentido al mundo y a sus experiencias. Por supuesto, necesitamos también trabajar con la lengua. Ahora mismo estoy con un grupo de niños de ocho años en Austria. Utilizo historias con ellos y al volver a casa se las cuentan a sus padres. Las familias están totalmente entusiasmadas, pero antes pensaban que los niños solo iban a clase a jugar y a divertirse. Ese no es el objetivo. Tenemos que asegurarnos de que los niños aprenden algo y necesitamos resultados visibles. Eso sí, no podemos esperar que los niños sean capaces de decir muchas cosas desde el principio porque primero necesitamos desarrollar su comprensión.
- Los niños están empezando a aprender inglésa una edad cada vez más temprana en los colegios, ¿hay algún tipo de riesgo en esto o es la fórmula adecuada?
- Es cierto, está ocurriendo en muchos países porque muchas familias dicen: “Cuanto antes empiecen, mejor”. Hay ciertas cosas que debemos considerar. Por un lado, necesitamos profesores que hablen bien el idioma, que sean capaces de comunicarse con los niños de forma que estos puedan realmente entender lo que se les está diciendo y que comprendan cómo es el proceso por el cual los niños adquieren un nuevo idioma. No hay evidencias que demuestren que si un niño empieza a estudiar inglés a una edad temprana pueda haber un daño en el desarrollo de su lengua materna. Pero lo que sí sabemos es que los niños no deberían empezar a leer y escribir en la segunda lengua antes de que sepan hacerlo en su lengua nativa. O incluso al mismo tiempo. Necesitan primero una base sólida en su lengua materna. Pero como principio, si tenemos buenos profesores, los materiales adecuados y tiempo suficiente, los resultados de un aprendizaje temprano pueden ser realmente buenos.
- Los adolescentes son un grupo de edad que preocupa especialmente a los profesores porque conseguir que participen y estén motivados es muy complicado.
- Tenemos que ser conscientes del gran número de cambios que ocurren en el cerebro de un adolescente. De repente, su sistema límbico y su mundo interior emocional empiezan a desarrollarse una velocidad increíble, pero la madurez del pensamiento llega un poco después. También es un momento en el que, de alguna manera, están en cierto peligro porque asumen más riesgos. Quieren gratificación inmediata y a menudo actúan sin pensar. Como decía un profesor, están tan ocupados creciendo que no pueden molestarse en aprender otro idioma. Y no es un mundo fácil este en el que están creciendo. Necesitamos entender todo esto como profesores y apoyar su desarrollo.
- ¿Cómo?
- De varias maneras. Primero, depende del contenido que elijamos. Los adolescentes admiran a héroes y heroínas, gente muy exitosa en el mundo de la música, del cine… Los adultos lo ven como algo superficial pero, ¿por qué seleccionan a esos héroes y heroínas? Porque creen que tienen aptitudes que les han hecho tener éxito. Los toman como ejemplo y proyectan en ellos grandes cualidades humanas: la creatividad, el amor, el genio… Lo que podemos hacer es utilizar esas cualidades y buscar historias sobre gente real que las tenga. También tenemos que ayudarles a desarrollar sus habilidades cognitivas y el pensamiento crítico. A un adolescente no puedes decirle lo que está bien y lo que no, pero sí involucrarle para que piense y debata sobre el comportamiento de otras personas. Así es como exploran los valores y van tomando conciencia de las responsabilidades sociales. Esto es algo extremadamente importante, también para su propia autoestima.
- Texto: BÁRBARA SÁNCHEZ (EL PAÍS)
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