diciembre 13, 2018
«Los Macri son el arquetipo de la familia prebendaria de la Argentina»
José Luis Espert, el economista prepara el terreno de una candidatura presidencial asegurando que el gobierno hace «kirchnerismo con buenos modales» Sigue leyendo
En un rincón de Dandy, en Libertador y Bulnes, José Luis Espert unta una tostada con queso blanco. El bar está atiborrado de gente que lo mira y lo reconoce, acaso por sus recurrentes incursiones televisivas. Pero no hay nada que distraiga a este economista liberal de la entrevista con Infobae, en la que explica su nuevo desafío: formar un partido y lanzar su candidatura presidencial. «No quiero que se vayan todos pero quiero cambiar todo», garabatea en voz alta su eslogan de campaña después del primer sorbo de té.
—¿Qué quiere cambiar?
—Todo. Quiero cortar con la decadencia argentina.
—¿Decadencia generada por quién?
—Por un mecanismo aceitado para el mal, de relojería, con tres ganadores muy claros que tienen abducidos al resto de la sociedad con cantos de sirenas: los empresarios prebendarios, los sindicalistas y los políticos.
— ¿Cuáles son los cantos de sirenas?
—»El Estado presente»; «La redistribución del ingreso»; «La sustitución de importaciones»; «La justicia social». Son todos mitos. Es opio para que la sociedad crea que eso es posible y quede a los pies de estas tres corporaciones que se la fuman en pipa, tal cual lo describí en mi libro «La Argentina devorada».
—Digamos que usted se presenta como un antisistema.
—Sí, yo soy totalmente antisistema. No es que soy antipolítica, antiempresario y antisindicalismo. Soy antisistema de este sistema, que ya ha generado casi un siglo de decadencia, 30 por ciento de pobres, miseria, indigencia, villas por todos lados y droga.
—Pero eso suena a «que se vayan todos».
—No es esa la disrupción que yo quiero. No es el que se vayan todos visceral. Es la necesidad de cambiar todo, no que se vayan todos. Por mí que se queden todos. Pero hay que cambiar todo.
—¿Quiénes lo acompañan en esta aventura?
—Un montón de gente. Gustavo Segré, Martín Litvak, Diego Giacomini, Héctor Rubini, Guillermo Nielsen…Somos como 25.
—Y su aspiración es ser…
—…mi aspiración es ser candidato a presidente.
—Veo que no le gusta el gobierno de Macri ¿Con Cristina Kirchner estaba mejor?
—Para mí es neutro: ni mejor ni peor. Para la gente, de clase media para abajo, ahora todo está peor. Los que consideramos que estamos empatados somos los que tenemos un resto como para pensar con tranquilidad. Pero el que no tiene resto la está pasando peor ahora que con Cristina.
—¿Culpa de quién?
—Del gobierno, que tenía muy claro lo que heredaba. Es mentira que no sabía lo que recibía. Lo que pasa es que eligieron hacer la plancha de manera deliberada. Dijeron «no hagamos ruido, pasémosla bien, hagamos negocios». Y les salió mal.
—Héctor Méndez, ex titular de la UIA, dijo que se equivocó al criticar a Cristina y que no le tiene miedo al populismo.
—Probablemente a gran parte de la UIA le gusta el kirchnerismo explícito y no este kirchnerismo con buenos modales que ha sido el macrismo.
—Pero Méndez era muy crítico del kirchnerismo.
—En un momento mutó. Al principio no era tan duro con el kirchnerismo. Me parece muy triste que un hombre que fue titular de la UIA diga una barbaridad como esa.
—¿A un empresario no le puede gustar el kirchnerismo?
—No. A toda persona pensante no le puede gustar el kirchnerismo. Es una asociación ilícita, un conjunto de delincuentes.
—¿Y por qué el 49 por ciento de la población votó al kirchnerismo en la última elección presidencial?
—Una sociedad totalmente equivocada. Hay devorados y devoradores. La sociedad tiene serias falencias de entendimiento de este sistema que la devora y la explota.
—¿No cree que mucha gente votó al kirchnerismo porque le mejoró su calidad de vida?
—Sí, por supuesto. Pero por qué hablo de esa sociedad como devorada: porque no tiene perspectivas, porque le han destruído la educación. Entre los grandes cambios que hay que hacer es que hay que educar al soberano.
—Macri dijo que hay que pagar menos impuestos ¿Está de acuerdo?
—En la Argentina, el que está en blanco trabaja más de la mitad del año solo para pagar impuestos aunque no se dé cuenta. Esta es una sociedad que está secuestrada por los impuestos. La necesidad de bajar impuestos es inmediata.
—¿Y por qué no se bajan?
—El tema es que bajar impuestos en una situación fiscal tan delicada que no se puede hacer sin bajar el gasto. Y ahí es donde la clase política no se quiere meter nunca. Prefiere que los ajustes del gasto sea con crisis. La presión impositiva en Argentina es salvaje. Yo eliminaría las retenciones. Este gobierno iba con un cronograma de baja. El impuesto al cheque no puede existir. Ingresos brutos genera costos que termina pagando el consumidor
—¿Debería eliminarse el impuesto a las ganancias?
—Las empresas tienen que pagar, los trabajadores no. Si es una sociedad pobre. Argentina debería tener un impuesto a las ganancias de las personas físicas de 500 mil pesos para arriba.
—¿Qué pasó con la lluvia de inversiones?
—No hubo inversiones. Las que vinieron fueron para hacer la bicicleta financiera. Fierros-fierros acá no se vieron, salvo un poquito en Vaca Muerta. El que hace negocios afuera no come vidrios.
—¿Pero qué paso? Macri formó un gobierno de CEO, llegó al poder con la etiqueta de la antítesis del populismo, es de origen empresario…
—Hay explicaciones: el hecho de haber terminado el 2018 con una crisis cambiaria que nos llevó al FMI, merced a lo cual tuviste que poner retenciones, que venían bajando; el impuesto a la renta financiera, que dijiste que no la ibas a poner; la suba de bienes personales, la de ganancias; haber metido a los sindicatos adentro del gobierno; tener a los piqueteros cogobernando de la mano de Carolina Stanley…¿quién iba a invertir así?
—Perdón ¿Le parece que Stanley cogobierna con los piqueteros?
—Sí. Stanley cogobierna con los piqueteros. Es el Movimiento Carolina Stanely (se ríe).
—Grabois dijo que si no hay estallido es gracias a los movimientos sociales, que contienen. No parece una declaración amistosa hacia el gobierno.
—Grabois tiene que estar preso por cortar las calles, por no dejar que la gente vaya a trabajar con comodidad. Artículo 14 de la Constitución.
—Grabois tiene derecho a peticionar y manifestarse ¿no?
—Sí. Pero acá hay un derecho que está completamente pisoteado frente al de manifestarse: el derecho de la gente a vivir en paz y transitar con su auto. Creo que tiene más derecho esa gente que el derecho a protestar de Grabois. Una cosa es el planero, el que recibe el plan, y otra la organización política, que son los Grabois, los Pérsicos y toda esa cosa ¿Qué es esto de una sindicalización de los planes? Los planes nacen en la emergencia del 2002. Pero de ahí a esto…
—¿No cree que está bien que la gente que necesita planes esté organizada y representada?
—No. Yo creo que esto está hecho para condicionar y presionar a los gobiernos. Ojo, es una discusión interesante y que también se da en el sindicalismo. Hay muchos empresarios que dicen: «yo prefiero negociar con un gordo mafioso, que es uno, a tener cinco sindicatos metidos adentro de la empresa, alguno de los cuales puede ser de izquierda».
—Usted no es amigo de la actividad sindical. Hace un tiempo dijo que no debía haber paritarias.
—Noooooo. No, no. Yo dije que el Estado no tiene que estar metido en paritarias.
—A veces, si el Estado no interviene, no se abren las paritarias, y eso perjudica a los trabajadores . Ahora, es cierto que, explícita o implícitamente, fija un techo en los incrementos salariales del sector privado en contra de los trabajadores.
—Yo creo que pone un piso. Pero el Estado no está para eso.
—¿Se reconoce como un potencial candidato que está a la derecha de Macri?
—Siendo Macri un kirchnerista con buenos modales, yo estoy a la derecha de Macri. Sí.
—¿Cuál es su referente en la política?
—Piñera. Me gusta cómo funciona Chile.
—¿A quién votó en el 2015?
—El voto es secreto (largo silencio) ….bueno, lo voté a Macri, no convencido, porque sabía de sus falencias. Pero me parecía espantoso lo anterior.
—¿Qué le generaba dudas de Macri?
—Su origen, su historia. Los Macri son el arquetipo de la familia prebendaria de la Argentina. Una familia que ha hecho fortunas al calor de los negocios con el Estado.
—No le sorprende entonces que aparezca el apellido Macri en la causa de los cuadernos.
—No me sorprende para nada.
—Usted que es consultor y pertenece al mundo empresario ¿Se habla de las coimas?
—Sí. No mucho porque siempre me mantuve ajeno al sistema. Pero algo se hablaba.
—Esa connivencia con el Estado, pagando coimas, no suena muy liberal ¿no?
—Una parte del empresariado nuestro es parte del problema. Es odioso hablar de todos pero como promedio el empresariado argentino no es liberal. No es casual que vos tengas preso a un Lascurain, ex presidente de la UIA. La UIA es el arquetipo del empresario prebendario, el que siempre está pidiendo subsidios, el Banade, el cierre de la economía. No es casual que esté preso Wagner, un empresario de la construcción, un sector que vive llorando que el Estado gaste en ladrillos para poder tener negocios. En cambio, no hay empresarios agropecuarios, productores o chacareros de toda la vida, involucrados en la causa de los cuadernos –por ahí aparece algún ricachón que hizo la plata de otra manera y compró campos— porque es un mundo competitivo, muy diferente al mundo de la trenza política de todos estos empresarios prebendarios.
—Estados Unidos siempre fue una referencia para el liberalismo ¿Pero Trump es liberal o proteccionista?
—Para mí Trump lo que ha dicho es: «me cansé de que me tomen el pelo. Yo abro la economía al comercio como ningún otro país en el mundo y están todos protegiéndose por lo que yo exporto». Entonces se acabó. Basta. Tiene una economía grande y no tiene necesidad de vivir tan abierto al mundo. Estados Unidos es el país que cobra los menores aranceles del mundo para importar, todavía hoy.
—Usted tiene una prédica aperturista ¿Está de acuerdo con abrir más el mercado en Argentina o hay que aplicar políticas más proteccionistas?
—Argentina tiene que hacer un cambio copernicano. No estoy a favor de abrir la economía y nada más. Yo estoy a favor de abrir la economía en la competencia importada con otra presión impositiva más baja, con costos laborales más bajos. Si hablamos en esos términos sí. Ahora, abrir la economía así hoy, ni loco.
—Habla de costos laborales. Me imagino que es de los que militan a favor de una reforma laboral.
—Hay que derrumbar toda la estructura de leyes laborales sobre la cual está construida la institucionalidad laboral argentina. La ley de convenciones colectivas de trabajo, la ley de obras sociales y la ley de asociaciones profesionales. La ley de contrato de trabajo no sirve tal como está diseñada. Tenemos un tercio de los trabajadores trabajando en negro, y la mitad de esos trabajadores es pobre.
—¿Realmente cree que el problema son las leyes laborales?
—El andamiaje laboral es un problema pero no el único. Hay que hacer reformas en tres planos: apertura económica, reforma fiscal y laboral. Y hay que hacer una profunda reforma educativa.
—¿Considera que hay que hacer más ajustes de los que ya se hicieron?
—El ajuste ya ocurrió. La gran devaluación de este año ha generado una crisis recesiva, de caída de los ingresos reales formidable.
—¿Va a haber default?
—No tengo la menor idea. Sí sé que la Argentina necesita una reestructuración de su deuda.
—Se ha vuelto un duro crítico de Macri ¿Le reconoce algo?
—Haber eliminado el cepo sin crisis; el cambio en las relaciones internacionales —antes nos relacionábamos con el fascismo del mundo y ahora no, afortunadamente—; habernos sacado del default, haber planteado otra relación con el campo, el sector más dinámico de la Argentina.
—Lo saco de la economía. Uno de los debates del año fue el de la despenalización del aborto ¿Está a favor o en contra?
—A favor. Pero que se entienda bien: no soy un militante pro aborto. No soy abortero. Tengo dos hijos, adoro a mis hijos. Mi mujer tiene otros dos hijos de su primer matrimonio a los cuales adoro. Tengo un amor por la vida infinita. Es más importante el por qué estoy a favor que decir que estoy a favor. Si uno se considera una persona con sensibilidad se debería expresar a favor porque las chicas que mueren por abortar no son las chicas de clase media para arriba, son las que no tienen recursos y se meten cualquier cosa con tal de abortar. Penalizar el aborto es promover el aborto clandestino. Y no seamos hipócritas, no hay nadie preso por abortar. Es reconocer una realidad.
—Le pido una definición breve de algunos actores de la política. Empecemos por Hugo Moyano.
—Tiene que estar preso, como Grabois. No sé si es chorro o no pero violó el artículo 14 de la Constitución. Ha impedido la libre circulación de los bienes cuando impedía la salida de los diarios, de los centros de almacenamiento de los supermercados.
—Patricia Bullirch.
—Razonable pero muy oportunista con el protocolo. Me gusta el protocolo pero no creo que se sostenga mucho en el tiempo y menos en un año electoral. Dijo que iba a terminar con los barras y no terminó con los barras.
–Cristina Kirchner.
—Otra que tendría que estar presa. Los Kirchner y el kirchnerismo son lo peor que le pasó a la Argentina en democracia.
—María Eugenia Vidal.
—La Evita amarilla. Todo lo demagoga que puede ser. Pero lo oculta muy bien. No la votaría jamás.
—Sergio Massa
—Billiken: habla de todo sin sustancia.
—¿Se considera antiperonista?
—No. Pero es parte del problema de la decadencia.
—Pero con Menem se sentía identificado.
—Menem hizo una reforma estructural pro mercado gigantesca y extraordinaria en los ´90. Fue ejemplo del mundo y exportó talentos de asesores de energía. Pero arruinó todo eso con la política fiscal demencial de déficit que hizo con Cavallo, y que continuaron los demás. Acá la sociedad, acompañada por los psicópatas kirchneristas, se equivocó en la lectura de por qué ocurrió el 2001. Decían que la culpa fue por el libre mercado. Y no, la culpa fue del déficit.
—¿Con este discurso liberal qué perfil de votante imagina que lo va a acompañar en el 2019?
—Hay gente que dice que sólo vamos a pescar a macristas decepcionados pero yo no creo eso. Nosotros vamos a ir más allá y vamos a pelear la presidencia.
- Texto: DIEGO SCHURMAN
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