noviembre 16, 2018
«El periodista debe seguir saliendo a la calle»
Alberto Salcedo Ramos: «No es la profesión más apropiada para volverse millonario» Sigue leyendo
Alberto Salcedo Ramos, con los alumnos de la VII Edición del Máser de Periodismo de Investigación, Datos y Visualización
A Alberto Salcedo Ramos (Barranquilla, 1963) sólo una cosa le entusiasma tanto como el periodismo: la docencia. Él disfruta narrando historias y también enseñando a las nuevas generaciones cómo hacerlo. «La principal lección que se debe aprender es que hay que tener pasión por el oficio», sentencia. «Vocación, que era la palabra que usaba García Márquez«, subraya en conversación con este diario el cronista colombiano que ha estado en España impartiendo clase a los alumnos de la VII edición del Máster en Periodismo de Investigación, Datos y Visualización de Unidad Editorial.
En los tiempos actuales, en los que la prisa ha arrebatado espacio a la reflexión y cuando los medios tratan de encontrar su camino propio en un nuevo mundo, Salcedo Ramos apuesta por no olvidar el alma de la profesión. «Los periodistas estamos discutiendo todo el tiempo sobre lo tecnológico y hemos descuidado el espíritu del oficio que consiste en encontrarse con la gente», subraya. «Si Robert Capa estuviera vivo hoy tomaría fotos con un iPhone o con un Samsung Galaxy, pero tendría claro que hay que meterse en el lugar donde están las personas. La fotografía no está en el teléfono, está en el ojo del que contempla la realidad», argumenta.
Precisamente nombres como el de Capa, Albert Camus, Ryszard Kapuscinski o Truman Capote, desfilan por las aulas de los jóvenes que aspiran a ser periodistas mañana y que cuando salen de la universidad se encuentran con una realidad laboral muy alejada de aquellas vidas únicas. «El periodismo es tan generoso que te permite hacer épica sin necesidad de ser Hemingway«, observa, no obstante, Salcedo Ramos. «El hecho de contar una historia que le va a tocar el corazón a alguien ya es algo grandioso», continúa: «Cuando uno se mete en un barrio marginal y cuenta algo que contribuye a que la sociedad conozca el problema de una persona y se resuelva, eso ya de por sí merece la pena».
Pero los tiempos, sin duda, han cambiado. Y no sólo para la profesión y para los medios. También para los propios reporteros del nuevo siglo: «Se está imponiendo la figura del periodista sin periódico», atestigua el cronista colombiano. «Nosotros salíamos de la Universidad con el diploma debajo del brazo a buscar un periódico donde trabajar», rememora. «Ahora no necesariamente se va a encontrar esa oportunidad. Pero a cambio se puede hacer periodismo de muchas maneras», añade, poniendo el foco en las opciones que se abren para los emprendedores. «Se necesita un tipo de profesional propositivo y que vaya por delante de la situación», apunta.
Salcedo Ramos deja claro que «un periodista al que le tengan que decir que viaje, o que escriba, y que no proponga nada o no tenga iniciativas, proyectos o ideas propias va a estar en desventaja en el mercado laboral». Según añade, «si uno elige el periodismo, debe ser consciente de que se va a dedicar a un oficio que no es el más apropiado para volverse millonario. Es una vida en la cual toca hacer ciertos sacrificios personales por la única gracia de convertirse en un reportero que deje un testimonio de lo que ve».
Referente del periodismo latinoamericano, Salcedo Ramos ha cultivado durante su carrera sobre todo la crónica, un género periodístico clásico incompatible a veces con las urgencias que imperan en la cobertura de la actualidad de algunos medios. Él, sin embargo, ve en ella la clave del valor añadido, concepto fundamental en un entorno competitivo. «Es un género diferenciador», subraya. «La noticia todo el mundo la tiene al instante y no varía, pero la crónica hace que la comunicación con el lector vaya un paso más allá de donde lo lleva el que simplemente da una noticia».
Ante la disrupción que ha supuesto la aparición de internet y las redes sociales y su influencia en la actividad informativa, Salcedo Ramos advierte de que «se ha confundido la plataforma tecnológica con el espíritu del oficio». Según argumenta, «la plataforma es el canal por el que circula el periodismo, pero no es el periodismo mismo». Por ello, el veterano reportero lamenta que la profesión no haya sabido encontrar aún una respuesta al lío en el que ella misma se metió –«convertir el vértigo casi en el valor supremo del oficio»– y mantiene que más allá de todas las ventajas que aportan las nuevas herramientas tecnológicas y cualquier debate sobre medios y mensajes hay que anteponer una premisa si se quiere hacer buen periodismo: «Seguir saliendo a la calle».
- Texto: DAVID SANZ EZQUERRO (EL MUNDO)
- Foto: SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL