abril 30, 2020
Cuatro contagiados más y 50 mil personas sin agua en la villa 31
Aysa no entra al barrio y el gobierno porteño no actúa. La villa está en medio de una cuarentena barrial donde la situación es desesperante. Sigue leyendo
«Ahora, mientras miles de argentinos eligen qué película mirar en Netflix, mientras la televisión debate sus propias generalizaciones, mientras solemnes intelectuales siguen embebiendo teoría, mientras jueces y procuradores juegan a la politiquería, mientras funcionarios «del palo» miran para otro lado, mientras la indiferencia se hace pandemia, mientras operan sin barbijo los operadores del cinismo, ahora mismo, en la Villa 31, hay otros 50 mil seres humanos que NO TIENEN AGUA HACE 5 DÍAS, como si todo el universo de los medios, la política, la Justicia y la ciudadanía no se hubiera enterado todavía».
El texto, urgente y contundente, fue publicado en redes sociales este jueves por el colectivo La garganta poderosa, que está en las villas, que juega de local donde el poder político de la Argentina llega con cuentagotas y ni siquiera con lo necesario.
Ya son al menos 17 las personas contagiadas por el coronavirus Covid-19 en la villa y, para colmo, hace ya cinco días que el barrio está sin agua. La situación implica a la empresa AySA y al gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Desde la firma estatal señalaron que la responsabilidad final es de la jefatura comunal porque es la receptora del servicio en toda la villa.
La explicación surge desde el propio barrio. «AySA es la empresa prestataria de servicios de agua y saneamiento más grande de América Latina, pero sus tendidos abordan a las villas como si fueran un PH, o sea, su abastecimiento sólo llega hasta los contornos de los barrios informales y algunas de sus arterias principales, en el mejor de los casos», cuentan desde la Poderosa.
La situación la reafirman desde esa organización ante Infonews: «Hace casi un mes tuvimos una reunión con Fernán Quirós, en el Ministerio de Salud de CABA. Nos prometieron remises ambulatorios (con vecinos y vecinas de nuestros barrios) para ir a los centros de salud y hospitales, principalmente fines de semana que los CESAC no abren y también porque las ambulancias no entran y muchas veces ni atienden». También la Ciudad les prometió «espacios de aislamiento para los vínculos cercanos de los casos positivos, que viven en condiciones de hacinamiento y es imposible hacer aislamiento estricto, y para las y los grupos de riesgo, así como también promotores de sanidad». Sin embargo, «nada de eso fue ejecutado ni tenemos respuesta».
Desde el barrio afirman que también propusieron «una gestión con el Hotel Cooperativo Bauen, que tiene más de cien camas para ofrecer y solo falta el ok del gobierno de la Ciudad para mandar ahí a los ancianos». Tampoco hubo respuesta al respecto. El abandono es total.
Sobre las conexiones de agua potable en la villa, desde la Garganta Poderosa señalan que «han sido desarrolladas por autogestión de la propia comunidad o por obras del Gobierno de la Ciudad, que también las paga con dineros públicos, pero las construye sobre ´la informalidad´. Sin calles, ni catastros, los mapas de AySA ven a los territorios villeros como cuadrados verdes, como si fueran espacios públicos».
¿Y la urbanización tan promocionada por Horacio Rodríguez Larreta en tiempos de campaña electoral (y luego también, a través de los medios afines al gobierno comunal, que remarcó que en los barrios pobres Juntos por el Cambio perdió)? Dicen desde la villa: «Hace trece años vienen privilegiando el marketing y diciéndole ´urbanización´a la llegada del McDonalds, ahora no tenemos cómo carajo resolver la falta de agua».
Y puntualizan: «Ahora mismo, mientras continúan los desalojos que las autoridades habilitan sin hablar, mientras aumentan los alquileres que no regula ninguna entidad estatal, mientras evitan aislar a contactos estrechos porque no tienen camas para pobres, mientras siguen inyectando enfermedades hídricas en las venas del barrio, mientras ocultan la verdadera dimensión de la circulación, mientras tiemblan los vecinos entre la espada del coronavirus y la pared de la vivienda que temen perder, esos 50.000 seres humanos no tienen descanso, ni paz».
¿Cómo se dan los contagios? «En el aglomeramiento de una casa superpoblada de gente, que ningún agente oficial pasó a registrar», puntualizan.
- Texto: INFONEWS.COM
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