febrero 1, 2017

Cuando los medios se convierten en la oposici贸n

El 25 de enero, s贸lo cinco d铆as despu茅s de que Donald Trump asumiera la Presidencia, el jefe de estrategia de la Casa Blanca, Stephen K. Bannon, dijo que 芦los medios deber铆a estar avergonzados y humillados y mantener su boca cerrada y s贸lo escuchar por un tiempo (鈥) Los medios aqu铆 son el partido de la oposici贸n禄. Tres d铆as despu茅s, el Presidente Trump tuite贸: 芦El deteriorado New York Times se equivoc贸 conmigo desde el mismo comienzo. Dijo que perder铆a las primarias, luego las elecci贸n general. 隆NOTICIAS FALSAS!禄.

Ambos episodios son consistentes con la estrategia de comunicaci贸n que la f贸rmula republicana aplic贸 durante la campa帽a presidencial y desmuestran que ni el Presidente ni sus asesores m谩s cercanos planean cambios, al menos durante los primeros tiempo de su presidencia. 驴Cu谩les ser铆an las consecuencias de la confrontaci贸n entre el gobierno y los principales medios de comunicaci贸n para la confianza sobre las noticias y los pol铆ticos desde la perspectiva del p煤blico? Este art铆culo examina las pr谩cticas, las interpretaciones y las experiencias de las audiencias para analizar qu茅 podr铆a ocurrir dadas determinadas circunstancias, en lugar de establecer qu茅 deber铆a suceder de acuerdo con diferentes ideales de comportamiento para el p煤blico y la prensa. En ese sentido, nuestro enfoque es distinto de 鈥搚 a la vez complementario a鈥 una postura normativa. Y, dado que no hay antecedentes de este nivel de confrontaci贸n en la historia reciente en los Estados Unidos, respondemos a esta pregunta bas谩ndonos en nuestra investigaci贸n en Am茅rica Latina durante la 煤ltima d茅cada para imaginar posibles escenarios futuros.

En la Argentina, durante los gobiernos de N茅stor Kirchner (2003-2007) y su esposa Cristina Fern谩ndez (2007-2015), surgi贸 una relaci贸n antag贸nica con los principales medios de comunicaci贸n 鈥搖na din谩mica que tambi茅n tuvo lugar en otros pa铆ses de la regi贸n durante este per铆odo. El gobierno de Kirchner tuvo inicialmente una relaci贸n de conveniencia mutua con la principal empresa de medios, el Grupo Clar铆n. Sin embargo, esta relaci贸n cambi贸 en 2008 luego del conflicto entre el gobierno y los productores rurales, en el que la cobertura de los medios del Grupo Clar铆n favoreci贸 la perspectiva de los productores. Poco despu茅s, la presidencia empez贸 a confrontar directamente con este conglomerado y tambi茅n con La Naci贸n, un diario que ha sido considerado tradicionalmente como el representante de los grupos conservadores en la Argentina. El gobierno y sus aliados lanzaron repetidos ataques econ贸micos, regulatorios y de relaciones p煤blicas contra estos medios. Estos ataques apuntaron con m谩s fuerza al diario Clar铆n, que hist贸ricamente hab铆a tenido una posici贸n ideol贸gica centrista y era el de mayor circulaci贸n diaria. A su vez, los llamados 芦medios opositores禄 intensificaron su cobertura cr铆tica del gobierno, una postura que mantuvieron hasta el final de la segunda administraci贸n de Cristina Fern谩ndez. 聽 驴Cu谩les fueron las consecuencias de este antagonismo entre el gobierno y los principales medios de comunicaci贸n? Nuestra investigaci贸n, realizada durante la campa帽a presidencial de 2011 en la Argentina, indica que mientras el gobierno agrupaba a todos los medios no favorables en un solo conjunto, los p煤blicos de Clar铆n y La Naci贸n se diferenciaron significativamente en sus reacciones. Por un lado, muchos lectores de Clar铆n 鈥搖na parte de los cuales hab铆an votado por Cristina Fern谩ndez y no estaban necesariamente comprometidos con una posici贸n ideol贸gica o partido pol铆tico鈥 empezaron a desconfiar de la informaci贸n que les propon铆a el diario. Como dijo uno de nuestros entrevistados, 芦durante much铆simos a帽os yo le铆 Clar铆n, vi TN y muchas cosas, con mucha ingenuidad禄 鈥揳lgo que cambi贸 a partir de la confrontaci贸n del gobierno con el Grupo Clar铆n.

Por otro lado, la audiencia de La Naci贸n -en general m谩s consistente en su posici贸n conservadora y su apoyo a los pol铆ticos que la defienden鈥 reforzaron su confianza en el valor del periodismo, a partir de las noticias que le铆an. 芦La Naci贸n est谩 como un poquito en el medio entra P谩gina/12 y Clar铆n [鈥 me da como la impresi贸n que las notas son menos opiniones y un poco m谩s de noticia禄, se帽al贸 otra entrevistada. Estas diferencias en los niveles de confianza pueden haber contribuido a la desigualdad en la evoluci贸n de la circulaci贸n de los dos diarios durante este per铆odo: mientras que en el caso de Clar铆n el promedio de ejemplares vendidos baj贸 de 380.000 en 2008 a 232.000 en 2014, en La Naci贸n la disminuci贸n s贸lo fue de 158.000 a 155.000 durante el mismo per铆odo.

Otra investigaci贸n en curso complementa el foco en la ideolog铆a con el an谩lisis de las principales pr谩cticas de acceso a las noticias. Entrevistas con consumidores de noticias muestran un aumento en la adquisici贸n incidental de informaci贸n sobre actualidad, en particular en los segmentos m谩s j贸venes de la poblaci贸n. Una parte significativa de nuestros entrevistados informan que consumen las noticias como un subproducto de su acceso a las redes sociales a trav茅s de sus celulares. Por ejemplo, en una encuesta presencial realizada septiembre de 2016 a 700 personas del 脕rea Metropolitana de Buenos Aires, tres de cada cuatro entrevistados de entre 18 y 29 a帽os contestaron 芦Me encuentro con noticias online mientras navego por redes sociales禄, pero s贸lo uno de cada cinco dijo 芦Visito sitios de Internet para enterarme de las noticias online禄.

La adquisici贸n incidental de noticias a trav茅s de las redes sociales est谩 relacionada con la confianza en la informaci贸n. Primero, los usuarios tienden a desconfiar de los medios de comunicaci贸n, en parte como consecuencia de la din谩mica de confrontaci贸n descripta anteriormente. 芦Hoy en d铆a es muy dif铆cil creerle a alguien; todos鈥 hablan desde alg煤n punto de vista, de un inter茅s, es imposible que alguien sea 100% objetivo芦, coment贸 uno de los entrevistados. Adem谩s, los consumidores son cada vez m谩s conscientes del sensacionalismo de las noticias en las redes sociales, debido a las estrategias de click-bait de las empresas de medios. Como dice otro entrevistado, 芦hay muchas cosas que pasan tambi茅n en las redes sociales (que) son mucha exageraci贸n禄. Por 煤ltimo, las audiencias est谩n atentas no s贸lo al sesgo de los medios sino tambi茅n al de los contactos que publican noticias en las redes. Seg煤n otro entrevistado, 芦en Facebook vos sos consciente de qu茅 persona lo est谩 subiendo, de qu茅 piensa esa persona y de qu茅 afiliaci贸n pol铆tica tiene, entonces sos consciente de que esa noticia viene con todo eso detr谩s芦.

En conjunto, 驴qu茅 nos dicen estos hallazgos sobre las posibles consecuencias de la confrontaci贸n entre el gobierno y los medios de comunicaci贸n para el p煤blico? Proponemos tres escenarios posibles. En primer lugar, desde la elecci贸n de Donald Trump como el pr贸ximo presidente de los Estados Unidos, algunos de los principales medios de comunicaci贸n han aumentado su tono cr铆tico, lo cual ha sido vinculado con temas comerciales. Slate tiene una publicidad que afirma: 芦El Presidente Trump ha declarado la guerra a la prensa. Ay煤danos a contraatacar禄. Esta postura fue retomada por la actriz Meryl Streep en su discurso en la ceremonia de los Globos de Oro, celebrada el 8 de enero. Streep critic贸 al presidente electo e invit贸 a 芦todos en nuestra comunidad a unirse en apoyo al Comit茅 para la Protecci贸n de Periodistas 芦, lo que llev贸 a un gran aumento en las donaciones a esta organizaci贸n sin fines de lucro. El New York Times, que ha publicado un gran volumen de historias negativas sobre el presidente electo, sum贸 132.000 nuevos suscriptores digitales en las primeras tres semanas despu茅s de las elecciones. Si la experiencia argentina es relevante m谩s all谩 de sus fronteras, aunque la participaci贸n en una din谩mica de confrontaci贸n pueda tener beneficios econ贸micos a corto plazo, a las empresas de medios tal vez les convendr铆a ser m谩s cautelosas respecto a sus perspectivas a largo plazo. Mientras la confrontaci贸n podr铆a consolidar e incluso expandir la base de simpatizantes ideol贸gicamente comprometidos, esto podr铆a ocurrir a costa de alienar a un segmento mucho m谩s amplio de la poblaci贸n que no est谩 tan comprometido o que usa las noticias como moneda social en sus conversaciones cotidianas 鈥搚 que adem谩s tienden a evitar temas pol铆ticos controversiales en las mismas. Si bien desde una perspectiva normativa la prensa deber铆a obligar a los poderosos a rendir cuentas, incluso si esto perjudicara sus resultados comerciales, predicar para los conversos podr铆a no s贸lo ser malo para los negocios sino tambi茅n para la capacidad de establecer una agenda influyente para toda la ciudadan铆a.

En segundo lugar, una confrontaci贸n constante entre la prensa y el gobierno podr铆a conducir, como en el caso argentino, a un aumento en la percepci贸n p煤blica sobre la intencionalidad en las estrategias de comunicaci贸n del gobierno y en la cobertura medi谩tica. Esto incrementar铆a, a su vez, la capacidad del p煤blico para identificar y atribuirle sentido a esa intencionalidad. La confianza, entonces, en lugar de ser otorgada de manera autom谩tica a las instituciones de gobierno y la prensa, deber铆a ser ganada por los integrantes de las mismas como consecuencia de sus interacciones habituales con el p煤blico. La capacidad del p煤blico para interpretar las acciones del gobierno y los medios de comunicaci贸n ser铆a un subproducto positivo para la ciudadan铆a estadounidense, particularmente en estos tiempos.

En tercer lugar, podr铆a surgir una 芦paradoja de confianza禄 a partir de la combinaci贸n del aumento en la percepci贸n de la intencionalidad y el predominio de maneras incidentales de acceso a la informaci贸n. Por un lado, como un subproducto de la confrontaci贸n entre el gobierno y los medios, el p煤blico podr铆a estar m谩s alerta acerca de las cuestiones de sesgo e intenci贸n, y mejorar su capacidad para detectarlas. Pero por otro lado, el acceso a las noticias a trav茅s de redes sociales podr铆a tornar esa tarea m谩s dif铆cil, socavando la capacidad del p煤blico de discernir el origen de una historia particular, ya que los titulares y copetes son extra铆dos de sus respectivas fuentes y compartidos en una multiplicidad de redes. Este escenario podr铆a generar sentimientos de desorientaci贸n debido a la disminuci贸n de la certeza acerca de qui茅n dijo qu茅, o tal vez una intensificaci贸n en los esfuerzos interpretativos para averiguar de d贸nde proviene la informaci贸n, y qu茅 podr铆a o no ser cierto.

M谩s que certezas, estos son solo tres escenarios posibles entre muchos, que tambi茅n incluyen una intensificaci贸n del partidismo, una creciente tensi贸n en el discurso p煤blico y una mayor alienaci贸n entre los miembros del p煤blico no comprometidos ideol贸gicamente. Lo que s铆 parece casi seguro es que en los pr贸ximos cuatro a帽os veremos cambios en los v铆nculos entre el gobierno, los medios de comunicaci贸n y el p煤blico en los Estados Unidos que, a juzgar por el caso argentino, tendr谩n consecuencias duraderas no s贸lo para pol铆ticos y periodistas, sino tambi茅n para la sociedad en su conjunto.

  • Texto: EUGENIA MICHELSTEIN Y PABLO BOCZKOWSKI (INFOBAE)
  • Foto:
EL GMAIL DE DIEGOSCHURMAN