Prunotto: «La gente todavía tiene confianza en Milei, pero Marzo va a ser complicado»

Myrian Prunotto es la primera vicegobernadora radical de Córdoba. Ella asegura que asumió con la ficha de afiliación vigente, pese a que el partido la expulsó de sus filas días antes. Socia del «partido cordobés» que Martin Llaryora pretende instalar en la provincia mediterránea, asegura que no hay una intención de ser un «partido único», sino un «partido plural», un coro que suma al peronismo voces que antes fueron opositoras.

Ella dice que a ese partido cordobés lo «conformó la gente, no los dirigentes, cuando votó a un intendente radical en su pueblo y al peronismo para gobernar la provincia»; y que el proyecto de ese espacio «es Martín Llaryora».

La vicegobernadora acusa a Ramón Mestre, Mario Negri, Rodrigo de Loredo y Miguel Nicolás de haber «expulsado del radicalismo a dirigentes valiosos» y sostiene que ella lidera un proceso de «recuperación» de la Unión Cívica Radical en Córdoba.

-¿El Gobierno de Córdoba es un aliado de Javier Milei?

-Martín Llaryora fijó que él va a trabajar para darle gobernabilidad al presidente Milei, pero siempre defendiendo los intereses de los cordobeses. El sábado, en la reunión con la vicepresidenta, volvió a ratificar eso. Se lo va a acompañar porque entiende que también es necesario dar pasos para para llevar adelante distintos cambios que se necesitan en Argentina, pero siempre teniendo en cuenta que hay que cuidar los intereses de los cordobeses. Las retenciones es algo que nos pone un límite importante, y no creo que solo al Gobierno de Córdoba sino también a los jefes de la oposición (Luis Juez y De Loredo). Martín habla mucho con Francos y hasta le ha aportado propuestas para atacar el défict sin tocar aumentar las retenciones. La letra fina se puede negociar, pero retenciones y biocombustibles son claramente un límite.

-En lo personal, como segunda autoridad de la segunda provincia, ¿qué luces de alerta te enciende Milei?

-La falta de conocimiento del Estado me preocupa, que no sepa para qué está el Estado. Me preocupa su cercanía con Macri; ya depositamos en él un montón de esperanzas y fue uno de los grandes artífices de la grieta y del fracaso económico. Me preocupan algunas de sus ideas fundamentalistas. No así Victoria Villarruel, que tiene otro perfil.

La falta de conocimiento del Estado de Milei me preocupa. Me preocupa su cercanía con Macri; ya depositamos en él un montón de esperanzas y fue uno de los grandes artífices de la grieta y del fracaso económico. Me preocupan algunas de sus ideas fundamentalistas. No así Victoria Villarruel, que tiene otro perfil.

-¿Cómo analizás el proceso de deterioro social que traerán, al menos en una primera etapa, las políticas de ajuste y la devaluación que impulsa Milei?

-Sabemos que eso va a pasar. Si bien tenemos una provincia ordenada, sabemos que vamos a tener este problema social. Martín está preparándose para buscar alternativas justamente para que el impacto de la macroeconomía no sea tan fuerte. Claro que es preocupante. Todavía la gente que ha depositado en Milei la confianza y el acompañamiento para tomar las decisiones que sean necesarias en procura de llegar a ese cambio que tanto esperamos, y que en su momento intentamos con Macri, pero yo veo que hay una fecha de vencimiento.

-¿Cuándo sería ese momento?

-En el momento que empiecen las clases. Si no hay del gobierno nacional alguna medida que esté cerca de la gente, y sobre todo cerca de la clase media, si no hay un hay algo que reivindicar la decisión del voto de acompañar a Milei, va a ser complicado.

-¿Y cómo crees que puede evolucionar ese conflicto político que sería la pérdida de un apoyo de la población en poco tiempo?

-Fue muy alta la expectativa. No creo que tenga un período de gracia como el que tuvo Macri, de más de dos años. Ojalá que se llegue a un consenso en Diputados y en el Senado, eso va a dar cierta tranquilidad. Hubo una inexperiencia, una falta de conocimiento del Estado, y pensaron que se trataba de una empresa privada. Los cambios tienen que ser con diálogo y consenso. Y Milei tiene que dialogar con los gobernadores.

Cuando habla de lo local, de lo doméstico, Prunotto afila la lengua: dice que Luis Juez es un dirigente que «siempre ha sido contradictorio», por lo que el apoyo a las políticas de ajuste de Milei puede revertirse en cualquier momento: «Si le conviene a él, seguirá en esa postura. ¿Qué va a hacer con las retenciones Juez? ¿Va a apoyar la suba de las retenciones? No se puede analizar mucho a Juez. Sólo Juez sabe lo que Juez quiere. Y lo que quiere es lo que le conviene a él», azuza la vicegobernadora de Llaryora.

La gente que ha depositado en Milei la confianza y el acompañamiento para tomar las decisiones que sean necesarias para llegar a ese cambio que tanto esperamos, y que en su momento intentamos con Macri, pero yo veo que hay una fecha de vencimiento, que creo es cuando empiezan las clases.

-¿Cuándo sería ese momento?

-En el momento que empiecen las clases. Si no hay del gobierno nacional alguna medida que esté cerca de la gente, y sobre todo cerca de la clase media, si no hay un hay algo que reivindicar la decisión del voto de acompañar a Milei, va a ser complicado.

«Juez y De Loredo están entretenidos en los medios nacionales. Rodrigo tuvo una gran oportunidad y la perdió porque privilegió Buenos Aires; Rodrigo despreció al radicalismo de Córdoba», dice Prunutto para meterse de lleno en su estrategia de limar a los históricos jefes del partido e intentar sumar al «partido cordobés» dirigentes radicales, particularmente del interior.

-Me parece que estos dirigentes, los Mestre, los Negri, los De Loredo, le han hecho daño al radicalismo con sus personalismos. Yo no quiero usar mi investidura, con la que me honró el pueblo de Córdoba, para el «yoísmo». Tenemos que lograr que el «yoísmo» no sea el método del radicalismo. Si sacamos a Mestre, Negri y De Loredo, ¿qué radical conocés? No quieren que haya otro dirigente. He recorrido toda la provincia y he estado en contacto durante 12 años con un montón de dirigentes del interior con una capacidad impresionante, pero que cuando asoman la cabeza, se la pisan.