septiembre 29, 2020
SACHERI «La virtualidad tiene un techo, tiene un límite, tiene posibilidades y también tiene falencias»
Declaraciones de Eduardo Sacheri al programa Sobremesa Sigue leyendo
ENTREVISTA COMPLETA:
Hoy vamos a hacer un programa donde, de alguna manera u otra, el Conurbano va a estar presente, en esta primera parte vamos a hablar con un escritor que además tiene experiencia como profesor de historia en el Conurbano, es un escritor, es guionista, tiene mucho talento, sus trabajos incluso llegaron a las pantallas del cine, estoy hablando de películas que además de todo, encima de todo, ganaron un Óscar como es el caso de «El Secreto de Sus Ojos», de Juan José Campanella. Decía que es guionista porque también hizo el texto de la película «Metegol», inspirado en el cuento «Memorias de un Wing Derecho» de Roberto Fontana Rosa, y como si eso fuera poco, para el bolsillo del caballero y la cartera de la dama, escribió muchísimas novelas, entre ellas «Papeles en el Viento», «Ser Feliz Era Esto» y «La Noche de la Usina». Creo que ya todos en este partido saben que estoy hablando de Eduardo Sacheri a quien tenemos en línea. Hola, Eduardo, cómo estás?
Hola, Diego. Buenas tardes. Cómo te va?
Bien. Te estoy convocando por algo que es distinto a lo que habitualmente hacemos, imagino que te convocan por tus libros y demás, vamos a hablar un poquito de eso también, pero en este caso la convocatoria tiene que ver con una carta que firmaste pidiendo el regreso de las clases presenciales, que es una discusión que está bastante en boga por estas horas. Decime por qué firmaste la carta, y específicamente qué se te ocurre como alternativa para que vuelvan las clases presenciales?
Mira, me parece que a más de 6 meses del inicio de la cuarentena creo que el Sistema Educativo se merece empezar a pensar alternativas, y cuando digo alternativas no me refiero a: «Bueno, hagamos una cosa, el lunes abramos las escuelas, que todos los chicos se suban al transporte público y confluyan en aulas con 35, 40 pibes y un docente y veamos qué pasa», de ninguna manera en un contexto de pandemia uno puede imaginar que eso puede ser bueno, puede ser una solución, pero me parece que a esta altura, la actitud de: «No hagamos nada y sigamos esperando a ver qué pasa», que me da la sensación cuando escucho referentes muy gubernamentales o gremiales, que el mensaje termina siendo ese:»sigamos esperando, bajémonos, exclusivamente, en la virtualidad», me parece que es un mensaje trasnochado, es un mensaje incompleto, es un mensaje muy conservador en el sentido de las peores cosas de lo conservador, no se trata de prudencia si no se trata de falta de iniciativa y creo que todos nuestros jóvenes merecen ver que nos movemos por volver a enseñarles, cuando digo nos movemos… equivocándonos, ensayando, probando, retrocediendo, tomando desvíos porque, indudablemente, cualquier proceso de reinicio de presencialidades, exigirá todas estas marchas y contramarchas, reconocimiento de errores, búsquedas, etc. Pero creo que ya va siendo hora de que nos pongamos en marcha y por eso firmé esa carta que va por ese lado.
A ver, vos hablas, obviamente, con cierta autoridad porque no sos un espectador de esta situación, tenes un papel preponderante, importante, das clases, dabas clases de historia en Merlo, si no me equivoco, y ahora en Ramos Mejía, correcto esto?
Ahora sí, en Merlo no doy más, pero sigo en Ramos Mejía, en secundario.
Chicos de qué edad?
Chicos del ante último año del secundario. Te lo digo así porque es 5to de Provincia pero en Capital sería 4to año. El ante último año del secundario.
Bien, estamos hablando 16, 17 años, más o menos.
16, 17, más o menos, sí.
Bien. Das clases por zoom, obviamente.
Tengo una ventaja de que doy clases en una escuela del Centro de Ramos Mejía de chicos sin problemas socioeconómicos graves, con buena conexión a internet, con buen soporte tecnológico detrás, aclaro esto porque eso es lo que a mi me permite desde el mes de marzo, todas las semanas, dar clases por zoom y a través de Google Classroom, que es una extensión interesante de google, manejar todo lo que son materiales, tareas, etc., entonces con ese complemento de Google Classroom y Zoom, la virtualidad la tengo más o menos resuelta, y cuando digo más o menos resuelta es: la virtualidad tiene un techo, tiene un límite, tiene posibilidades y también tiene falencias, y después de 6 meses de sólo virtualidad, esas falencias son cada vez más evidentes.
No, obviamente. Me parece que el colegio no es sólo el dictado a clase, también está la relación, hay contención… yo no sé en tu caso porque por la manera en la que lo estás describiendo tiene una particularidad respecto, por ahí, a otras escuelas o colegios del Conurbano, porque me han contado otros profesores de otros distritos que los chicos, de a poquito fueron abandonando algunos, que no son los mismos que empezaron, que quedan muchos menos de los que empezaron, en algunos casos, no digo todos, no sé cual es tu experiencia.
Mira, yo te aclaraba esta situación «ventajosa» inicial, porque sé que me muevo en una zona relativamente privilegiada, y aún en ella uno advierte esa merma, ese cansancio, esa tristeza que redunda en una desconexión cada vez mayor. En el caso mío no es tan alarmante, pero sí conozco un montón de amigos míos, que no son amigos del cine y la literatura, sino del mundo de la docencia. Estuvieron conmigo en la facultad, son mis amigos de siempre y ellos siguen dando clase por todo el Conurbano, y esto que vos decís, la desconexión es mucho mayor, el desaliento es muy grande, las herramientas tecnológicas son mucho más precarias, y ese combo lo vuelve mucho más complicado. Probablemente no es culpa de nadie en particular e indudablemente hay un montón de chicos haciendo un gran esfuerzo y docentes haciendo un gran esfuerzo. Pero, 6 meses después, va siendo hora, me parece, de empezar a ensayar estrategias diversas para ver cómo solucionamos lo que podamos solucionar. Por eso digo, no es que haya una única solución, ni que esa solución sea aplicable a todo el territorio, ni a todas las escuelas, de ninguna manera. Pero que la respuesta cuando una voz de padres, de docentes, de autoridades locales diga: «Che, tenemos que buscar un modo, que automáticamente le salten a la yugular acusándolos poco menos de pretender muertes masivas, me parece que es una reacción sumamente autoritaria y sumamente empobrecedora de nuestras posibilidades».
A ver, me abriste 2 ventanitas sobre esto que estás diciendo: Por un lado la atención sobre los que sí se mantienen conectados pero que, efectivamente, no es lo mismo, estar en un aula implica, entiendo yo, mayor grado de concentración, estar en tu casa vos podes mutear, podes sacarte de pantalla, es decir, sólo escuchar el sonido del profesor y levantarte e ir a la heladera, volver, tenes la distracción de la casa, depende en qué casa vivís, qué grado de distracción podes tener, si son pocos ambientes y convivis con mucha gente deberás tener mayor grado de distracción, ya la manera de comunicarse por Zoom u otra alternativa, ya no es lo mismo que estar en el aula, para una emergencia, un tiempo perentorio se entiende, efectivamente, como decís vos, ya pasado mucho tiempo se empieza a complicar un poquito. Ese es un tema, cómo sentiste las clases por Zoom o por la manera por la que las estás dando? Sentís que hay un ida y vuelta similar? Parecido? Incorporan contenido los chicos? Ves que hay mayor distanciamiento? Si vos lo tenes que comparar con el año pasado, qué marcas de diferencia? Qué palpas en concreto?
Me parece que es más difícil la comunicación, no es imposible, pero es bastante más imperfecta. Hay mayores distracciones, hay mayor frialdad, inevitable frialdad, las pantallas son frías, son útiles pero son frías. Son frías para los chicos y son frías para vos dando clase. Le das clase por Zoom y, por supuesto, no le podes decir a los chicos «encendé la cámara», porque parece que estás como metiendote en su intimidad y es respetable esa intimidad, pero por otro lado te sentís hablándole a la nada misma, en el silencio de tu habitación, y a los chicos seguramente les pasa lo mismo. Entonces, era inevitable? Indudablemente era inevitable, había que hacer un corte, un replanteo, hubo gente que lo hizo mejor, gente que lo hizo peor, gente que se adaptó mejor a las herramientas tecnológicas, gente que se adaptó peor. Tampoco todos los docentes han tenido la flexibilidad maravillosa de encontrar el modo de dar clase a través de esas herramientas.
Bueno, eso te quería preguntar, justamente, porque vos me parece que en 2 momentos distintos metiste el tema docente, como que por parte del tema de los gremios, sobretodo, había como una cierta resistencia, mostraban inflexibilidad. Yo escuché varios disparos, entiendo cierta resistencia y a la vez en simultáneo encuentro reparos puntuales a la alternativa que se barajó aquí en la Capital que era la posibilidad de clases al aire libre, sea en un patio, sea en una plaza, sea en una calle, algunos de los reparos son entendibles; baños. Qué pasa con los baños si vos das clases en las plazas? Cómo resolves ese tema? Con las necesidades de los chicos, con lavarse las manos, etc? El tema de calor, el tema de lluvia. Bueno, razonablemente si llueve no se van a poder dictar clases. Vos decís que más allá de estos reparos puntuales que te estoy diciendo, hay una resistencia que excede a los temas concretos que te estoy marcando.
Mira, a mi me da la sensación de que si tu respuesta… si alguien me viene a mi con el planteo de lugares al aire libre, suponete plazas, patios, parques, si yo contesto: «Uy, qué lío con los baños, veamos cómo lo hacemos», es una respuesta. Ahora, si yo te contesto: «De ninguna manera porque una plaza no es una escuela», te estoy contestando otra cosa, no te estoy contestando lo mismo. Mi «no», tiene una rotundidad y un apasionamiento mucho mayor, y es absolutamente blindada mi negativa. Me parece que como ejemplo creo que los docentes tenemos que dar un ejemplo no sólo de la materia específica que damos, si no cómo nos aproximamos a la realidad, y cómo pretendemos construir conocimientos hacia la realidad. Construir conocimientos, se construye haciendo hipótesis, corroborando, abandonando hipótesis, verificando, retrocediendo, volviendo a avanzar, construir conocimiento exige flexibilidad, no dogmatismo. Si nos vamos a poner en una actitud escolástica del siglo XXII donde repetimos una serie de consignas que nos gustan y que nos apasionan y nos quedamos con eso, bueno, podés hacerlo? Si. Podes hacerlo en tu función docente? Y, no estoy tan seguro de que esté bien que lo hagas porque nuestros alumnos aprenden de lo que ven, aprenden de lo que nos ven hacer y del modo en el que nos ven operar con la realidad.
Vos sabes que estaba buscando ayer, antes de hacer el programa, en YouTube algunos datos tuyos, sobre este tema docente y encontré un viejo programa de María O’ Donell de televisión, donde vos hacías una reflexión sobre las zonas del Conurbano «abandonadas a la mano de Dios», decías vos. Decís que están igual hace 5, hace 10, hace 15 años atrás? El programa es del año 2016. Y yo te pregunto si cambió algo para mejor o peor porque, claro, estamos hablando del tema de la educación, que a mi me parece trascendental, sobretodo en los lugares más postergados, es el camino de la salida, la educación en Argentina, y yo veo un poquito como decís vos, más allá de entender la situación sanitaria, encuentro casi una resistencia como si fuera una cruzada más bien partidaria política que un entendimiento de las urgencias que tienen los pibes, insisto, sobretodo en las zonas más relegadas.
Mira, a mi me parece que la postergación del Conurbano es muy evidente, es muy antigua, y tiene una enorme tendencia a su reproducción en el sentido de año tras año las cosas tienden a permanecer igual, y no a cambiar para mejor.
Vos no viste cambios en estos últimos años? Cambios para mejor, obviamente estoy diciendo.
En líneas generales no vi mayores cambios… los cambios que he visto… va a sonar a toma de postura partidaria, que no es mi intención, pero si vi durante la Gobernación de Vidal que había algunos intentos concretos de mejoras de infraestructura en la zonas en las que yo me muevo bastante notorias pero en líneas generales la respuesta política general del Conurbano fue: el deseo de regresar a los liderazgos anteriores a 2015. Evidentemente mi criterio de «me parece que la gobernación de Vidal encaró hacia un lugar que estaba bueno desde el punto de vista infraestructural» no es algo compartido por mis colegas votantes del Gran Bs. As.
Bueno, a ver, estoy hablando con alguien que no es nuevo en el Conurbano, ¿cuántos años de experiencia tenes como docente en el Conurbano?
25.
Hablas con cierto expertís, a eso me refiero.
Sí, pero también es verdad que es un expertís condicionado por mis propias aproximaciones políticas como todos.
Alguien podría confrontar esto que estás planteando, recordando aquella frase de Vidal con el tema: «Bueno, los pobres no llegan a la universidad» y demás, pero si vos estás hablando completamente de infraestructura, más allá del tema docente en sí, hablas de la infraestructura, correcto?
Yo estoy hablando de la infraestructura, sí.
Bien. Hay otro debate que asoma y que yo creo está muy emparentado al tema de la educación, el tema de la equidad sobretodo que asomó en estas últimas semanas que es la «meritocracia». Me parece que un problema de la discusión es que cada uno interpreta esa palabra de distinta manera, creo que ese es el tema central. Pero ya que estás te meto de lleno en este debate respecto a la «meritocracia», a los méritos o no méritos, a la forma de llegar si esto responde a los méritos o de si es una cosita un poco más compleja, que incorpora contexto, dónde creces, dónde naces, dónde te desarrollas, qué insumos, qué elementos tenés.
Bueno, creo que es como decís, Diego. Depende de qué entiendas por «meritocracia», yo calculo que la gente que la ataca como algo nefasto, creo que la interpreta como un sistema que reproduce desigualdades, entonces en tanto reproductor de desigualdades es algo negativo, calculo que se refieren a eso. Pero a lo mejor porque me cuesta entender en una sociedad que aspira a sostener las libertades individuales, el progreso como un valor, que entiendo que vivo en una sociedad así, o son valores que entendía como bastante difundidos en la sociedad argentina, siglo XX al menos. Entiendo que la idea de progresar a partir de tu esfuerzo, y tus cualidades, y tus talentos y tus mejoramientos personales, entiendo que eso no lo están atacando, o quiero entenderlo. La verdad que no estoy seguro porque a veces el discurso mediático viene sesgado, o uno no termina de escuchar los argumentos del otro… como digo, me parece que si nos vamos a oponer a la idea de que está bueno esforzarse, sacrificarse, trabajar mucho, trabajar duro para poner a tus hijos en una situación socioeconómica mejor a la que vos heredaste, digo, si nos vamos a oponer a eso creo que nos estamos oponiendo a un principio de la civilización occidental en general, de la Cultura Argentina del siglo XX en particular, y sobretodo de la Cultura Inmigrante que hizo mucho por consolidar un cierto modo de ser de la Argentina en este siglo XX, y cuando digo la Cultura Inmigrante digo del modo más elogioso.
Bueno, Eduardo, vamos a ir cerrando con una vuelta de página, estamos hablando con Eduardo Sacheri hace un largo rato, un poquito de educación como docente de historia, pero te quiero preguntar un poquito sobre tu otro laburo. Estás con algún proyecto, algún libro en ciernes, algún laburito con Campanella, con quien has laburado mucho y bien?
Mira, un poquito de todo. Con Juan estamos tratando de armar una peli nueva, cuando digo tratando de armar es; estamos charlando, tenemos ganas de volver a laburar juntos, tenemos algunas ideas, nos cruzamos correos y whatsapps y borradores pero no puedo asegurar que, efectivamente, lo terminemos, no porque nos falten ganas si no porque los proyectos de cine a veces tiene eso, maduran, se desarrollan, crecen y a veces prosperan y aveces no, pero andamos con ganas de laburar juntos.
Ahora, es en base a algún libro tuyo? O es un guión que están laburando específicamente para la película?
Es tomando algunos cuentos míos de fútbol, pero tocándolos como inspiración, es mucho más de creación que de adaptación. Pero como te digo, estamos muy en el germen de la cosa porque para que yo mismo lo tenga claro, porque viste que las cosas son de un modo y a lo mejor dentro de 6 meses charlamos de nuevo y seguimos laburando pero cambió el enfoque, y a veces pasa. Y después estuve laburando mucho con una novela nueva que saldrá, espero, para junio del año que viene, que estuve laburando mucho en estos meses de enclaustramiento tan difíciles para todo el mundo.
Te cambió algo laburar de esa manera? Con esta situación tan particular de la cuarentena?
Yo creo que me exigió mucha más disciplina. Porque si bien mi laburo de escritura siempre es homeoffice, el hecho de que fuera de mi mundo, fuera de mi casa, todo estuviera tan trastornado, difícil, oscuro, preocupante, arduo, y que uno no pudiera decir: «Bueno, laburo 10 horas con la novela, pero después salgo, me tomo un cafecito, salgo a jugar al fútbol con los amigos, salgo y te veo, tomamos una cerveza», toda esa vida social que para mí es tan importante para compensar la soledad y la introspección del laburo de un literario, perderlo me exigió mucha más disciplina en el sentido de sin ese oxígeno, al día siguiente volver a tener el bocho funcionando me costó mucho más. Pero esto que te digo, Diego, sospecho que le pasó a todo el mundo que tuvo la fortuna de conservar su trabajo. Digo porque yo no me pude quejar porque tuve laburo.
Mil gracias por tu tiempo, como siempre, y vamos a esperar lo que estás laburando, tanto el libro como la película que está empezando a crecer que estás haciendo con Campanella. Gracias por tu tiempo y por hablar un poquito de lo que pasa allí en el rubro de la educación que tanto nos preocupa.
- Texto: DIEGO SCHURMAN
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